IMÁGENES
CON HISTORIA. Los
balcones de Santa Cruz de La Palma
Lejos
quedan los tiempos que reflejan la imagen de esta última de hoy, cuando una
hilera de pequeñas casuchas, dedicadas a talleres y viviendas de los humildes
pescadores, servían de primera defensa ante los continuos embates de las olas,
que sobrepasaban fácilmente la mínima playa de callaos. Detrás, en segunda
línea, se aprecian las elegantes y características fachadas balconadas.
Los
antiguos viajeros que visitaron la Isla, ya hacían mensión en sus crónicas, su
sorpresa ante la visión de estos balcones. Pintados a plumilla, al óleo y a la
acuarela o fotografiados por numerosos artistas locales y foráneos, los
balcones de madera de la avenida marítima de Santa Cruz constituyen el mejor
conjunto de saledizos conservado en Canarias. Su peculiaridad viene dada por
las distintas tipologías de balcón que se reúnen en tan corto espacio, y por la
cantidad y calidad de los llamados balcones dobles, de influencia lusitana, que
recuerdan las adufas portuguesas. Se trata, en realidad, de un recurso ideado
para la ventilación de las viviendas de dos o más plantas de la calle principal
(O’Daly y Pérez de Brito) por su parte trasera, el lado de la marina o
naciente, desde donde los moradores gozaban de la acción de los vientos
alisios, frescos y húmedos, de dirección norte o noreste. Muchos de estos
hermosos balcones cuentan en los extremos con un tablero de cubrición donde se
alojaban los escusados o retretes, cuyas aguas fecales caían directamente a la
calle para desembocar en la orilla del mar; pero eso ha pasado a la historia…
FOTO: Santa
Cruz de La Palma, a principios del siglo XX.
Archivo
del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. Autor desconocido
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